Siempre vuelvo a este lugar, escenario de buena parte de mi historia: juegos infantiles y paseos de la mano del abuelo, emociones de enamorado, carreras entre amigos, lecturas, refugio de penas y cofre de sorpresas. Un parque tan grande como las vidas que cobija.
Asterisco...
... y punto.
Lejos de Giverny
Fruto inesperado
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